En Trisoplast nos encantan los proyectos que nos permiten ofrecer soluciones inteligentes para sacar lo mejor de una situación. Y todavía es más bonito si nos permite proteger el medio ambiente. El vertedero C2 deponie en Rijnmond fue un proyecto de estas características.

Una situación peligrosa

En los años ’90, los residuos químicos semipesados se vertían en un enorme depósito de hormigón de 300 por 50 metros y 11 metros de profundidad. Estos residuos químicos no se podían quemar ni procesar de ningún modo; por ejemplo, materiales que contenían materiales pesados, como pilas gastadas. El vertedero C2 deponie está a cargo de la empresa de tratamiento de residuos Afvalverwerking Rijnmond y está rodeado por un dique formado por escorias de incineradora. Durante el periodo en que se utilizó el vertedero, se había instalado sobre este depósito un enorme techo móvil para que el agua de lluvia no pudiese llegar a los residuos. Este techo solo se abría cuando todo estaba cubierto con una lámina provisional. Este sistema no era óptimo, e incluso resultó ser difícil. A finales de los años ’90 enfermaron trabajadores que desempeñaban tareas en el interior del depósito. En 2002 hasta se produjo un incendio. Motivos de sobra para finalizar los vertidos en 2005 y llenar el espacio restante con cenizas de fondo.

Una situación en la que todos salen ganando

Originalmente, las cuestas del dique que rodeaba el depósito estaban selladas con una capa formada por una mezcla de arena y bentonita. Sin embargo, resultó que había sido dañada por las escorias de incineración que había debajo, y ya no cumplía los requisitos de permeabilidad. En 2002 se aplicó un nuevo sellante con Trisoplast a las cuestas, encima de la capa de arena y bentonita descartada. Para hacerlo, adoptamos un enfoque innovador que supuso una situación en la que tanto el cliente como el medio ambiente salieron ganando. Mezclamos una parte de la mezcla de arena y bentonita existente que se había usado originalmente como sellante con un polvo de polímero de bentonita para crear un nuevo aislante muy potente sin necesidad de usar arena nueva.

Para que el depósito fuese seguro del todo, y poder dejar atrás por fin aquel pasado algo truculento, en 2011, después del cierre del vertedero, también se eligió Trisoplast para hacer la impermeabilización de superficie definitiva.